
Actualizado el sábado, 6 mayo, 2023
Palacio Belvedere de Viena, acceso rápido
Entrada sin colas al Palacio Belvedere de Viena, unas de las atracciones más visitadas de la ciudad.
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Entrada al Belvedere superior (El beso de Klimt y la colección permanente) o Belvedere inferior (exposiciones temporales)
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Dos palacios en uno solo y unidos por un gran jardín francés. Éste podría ser el resumen del Palacio Belvedere, que se mandó construir para convertirse en la residencia de verano del Príncipe Eugenio de Saboya. No solo el exterior del palacio es impresionante, sino que su interior hace las delicias de los amantes del arte, principalmente, porque en él se albergan algunas de las mejores obras del pintor Gustav Klimt.
Por eso, es hora de aprovechar una oportunidad para entrar sin colas en el Palacio Belvedere, que se encuentra en Viena. Te llevarás a casa un recuerdo inolvidable.
Opción básica → Entrada sin colas en el Palacio Belvedere de Viena
Entrada rápida al Palacio Belvedere para que no pierdas ni un minuto. Gran valor para tu viaje. Disfruta del acceso prioritario a uno de los lugares más curiosos de Viena.
Fue construido a principios del siglo XVIII por el arquitecto Johann Lukas von Hildebrandt como residencia de verano del príncipe Eugenio de Saboya, uno de los generales más exitosos del Imperio Habsburgo.
Visitar el Palacio de Belvedere
Así es el Palacio del Alto Belvedere
El Palacio Belvedere no es un palacio al uso. Ni se parece demasiado a los fastuosos palacios vieneses en lo que a su interior respecta. Se encuentra rodeado de unos amplios jardines, de hecho, se sitúa en la parte más alta de esta zona para que se vea bien su fachada tan elaborada, se trata del palacio del Alto Belvedere.
El complejo consta de dos palacios barrocos, el Belvedere Superior y el Belvedere Inferior, conectados por un hermoso jardín de estilo francés
Sin embargo, en su interior, la decoración no es tan voluptuosa como quizá imaginas. Una vez accedas al edificio, podrás ver decoradas la capilla, el hall de entrada y el Salón de Mármol. En el resto de las estancias la decoración no es algo a lo que se haya prestado mucha importancia. Pero este pequeño detalle pasa desapercibido cuando se pueden ver las colecciones de pintura de la Galería Austriaca, como si de un museo se tratara.
Y es que allí se acogen obras maestras del gótico tardío como el altar Znaimer, y obras de Michael Pacher, Rueland Frueauf el Viejo y Conrad Laib, representantes del arte barroco. Además, en este edificio se exponen obras principales de Johann Michael Rottmayr, Daniel Gran y Paul Troger, que dan una idea de la riqueza de aquella época.
El Bajo Belvedere
Al inicio de este artículo te hablábamos de que el Palacio Belvedere eran en realidad dos edificios unidos por unos jardines de estilo francés. Así es. Una vez has visitado el Alto Belvedere, le llegó el turno al Bajo Belvedere. Este palacio es el menos llamativo de los dos. En su interior destaca una colección artística de los pintores que dieron fama a la ciudad durante la Edad de Oro de Viena.
Por la planta baja puedes realizar un recorrido artístico. Las estancias que seguramente más te llamarán la atención serán la Sala de los Grotescos, la Galería de Mármol y el Salón de los Espejos, todos ellos dotados de un diseño barroco.
Visitar el invernadero y las caballerizas del Palacio Belvedere
Si además del arte te gustan las plantas, una vez acabes el recorrido museístico por el interior del palacio, tal vez te guste visitar el edificio que está situado en la parte posterior del palacio. Se le conoce como la Orangery y se trata de un invernadero de época en el que los responsables del palacio suelen organizar exposiciones de todo tipo de especies vegetales.
Por otra parte, aún se conservan intactos los establos del palacio y todo aquel que lo desee puede entrar en ellos. En las caballerizas se alojaban antiguamente a los 14 caballos más bonitos del príncipe. Hoy en día esta zona se ha modificado para mostrar todas las existencias de arte medieval del Belvedere.
El Beso de Klimt
El beso es la obra más popular de Klimt y los visitantes acuden cada año a verla en la Galería Belvedere. Su poderosa presencia (180 cm x 180 cm) resuena en la pared cuando las figuras de tamaño natural, envueltas en oro, se abrazan. Es una obra reconocible universalmente, seguramente uno de los cuadros más reproducidos y seductores del mundo.
En el Belvedere Superior se encuentra una impresionante colección de arte austriaco que incluye obras de Gustav Klimt, Egon Schiele y Oskar Kokoschka.
La pieza más famosa es el cuadro de Klimt «El Beso». El Belvedere Inferior alberga una colección de arte medieval y barroco.
En 1903, Klimt viajó dos veces a Rávena, donde vio los mosaicos de San Vitale, cuya influencia bizantina era evidente en las pinturas de lo que se conocería como su «Período Dorado». El uso del oro se remonta al propio pasado de Klimt, al trabajo en metal de su padre y su hermano menor, Ernst, quienes habían muerto una década antes. El interés de Klimt por el período bizantino también simbolizó un movimiento hacia una mayor estabilidad, a través de formas estáticas e inorgánicas; sugiriendo una búsqueda de refugio después de la exploración del artista de los poderes instintivos de la Grecia arcaica. El Beso, que representa el ápice de su «Período Dorado», concluye estudios temáticos similares durante su carrera, como El friso de Beethoven y El árbol de la vida.
La obra
Las dos figuras o amantes están simbólicamente fusionados mientras se enfrentan al abismo dorado de la perfección. La fuerza masculina dominante está representada por la poderosa capa de bloques negros y grises masculinos, suavizada por el desplazamiento orgánico femenino. En comparación, la energía femenina se muestra como círculos giratorios de brillantes motivos florales y líneas onduladas que fluyen hacia arriba y resaltan la belleza sobrenatural de su piel blanca, boca al rojo vivo y cabello dorado.
De estas vestiduras de creación artística la lluvia dorada bendice la tierra fértil, similar a las rosas que descienden en «El friso de Beethoven». Las hojas triangulares también recuerdan las imágenes de agua de pinturas como Serpientes de agua. Aquí, la relajación del naturalismo de Klimt, a favor de un lenguaje simbólico personal que sugiere el funcionamiento de la mente inconsciente, en particular su impulso erótico, alcanzó un clímax. A través de dos figuras, representadas no desnudas, sino envueltas en telas densamente estampadas, Klimt logró evocar un momento de intenso placer sensual, dentro de una composición marcadamente estilizada y aplanada. Seguro que el autor tuvo la suerte de experimentar ese climax.
Horarios de visita
El Alto Belvedere abre todos los días de 10:00 a 18:00 horas. El Bajo Belvedere abre también todos los días de 10:00 a 18:00 horas y los miércoles amplía horario hasta las 21:00 horas.
Por otro lado, los establos del palacio también son visitables todos los días de 10:00 a 12:00 horas.
Además de las galerías de arte, los visitantes pueden disfrutar de las magníficas vistas de la ciudad desde las terrazas y los jardines del palacio.
Consejos de visita
– Para comer dentro del recinto recomendamos el restaurante del palacio de Alto Belvedere, The Menagerie, con comidas ligeras y aperitivos. El B-Lounge es de estilo similar y se encuentra en el bajo Belvedere. En los meses de verano activan una bonita cafetería en los jardines con buenas vistas.
– Los amantes de las compras tienen hasta tres tiendas de recuerdos y regalos en el recinto de Belvedere, con libros y souvenirs de todo tipo. Tienen tienda online y sede física en la parte alta y baja.
– Los palacios son plenamente accesibles para visitantes en silla de ruedas.
– Viena es conocida por albergar bonitos mercados navideños, pero el del Palacio Belvedere, es particularmente interesante, pese a ser pequeño. El gran Palacio de Belvedere es un impresionante telón de fondo para este mercadillo, especialmente durante la puesta de sol cuando su reflejo brilla en el lago. Si bien el mercado tiene todas las ofertas navideñas habituales (bebidas calientes, especialidades austriacas, adornos festivos y regalos hechos a mano), son las vistas del palacio de estilo barroco lo que buscan los visitantes cuando pasean por el mercado.
Cómo llegar a los Palacios Belvedere
– Recomendamos si es posible la opción a pie, pues los palacios están muy próximos al centro de Viena y a la mayoría de las grandes atracciones de la ciudad.
– En autobús la mejor línea es la 69A, con parada en la zona
– El tranvía de Viena también tiene parada próximas. Tomar la ruta D, la 18 o la O.
– El metro o U-Banh tiene una parada cercana: Südtirolerplatz
– Hay una parada de tren muy cercana, es la estación Belvedere
– En coche el acceso es más complicado. No hay aparcamientos próximos y el entorno está peatonalizado. Recomendamos dejar el coche en las afueras y recorrer Viena en transporte urbano.
Atracciones cercana a los Palacios
Por su posición central, los palacios están cerca de muchos monumentos interesantes de Viena. Muy cerca tenemos los preciosos jardines botánicos de la Universidad de Viena, los Alpengarten y el Schweizergarten, lugares ideales para hacer un picnic y disfrutar de la naturaleza después de una agitada jornada de turismo.
Los amantes del arte no se deben perder la Galería Austriaca (Osterreichische Galerie), con arte de los siglos XIX y XX junto con grandes obras maestras del medievo y el Barroco. De gran interés es también el Museo de Historia Militar (Heeresgeschichtliches Museum), al sur de Belvedere, con cientos de objetos interesantes.
Y claro no olvidar a Mozart. Con nosotros puedes reservar entrada sin colas para la casa de Mozart en Viena.
Otros espacios verdes más bonitos de Viena
Una de las cosas más relajantes que puedes hacer en Viena es visitar algunos de sus hermosos espacios verdes. Burggarten y Stadtpark son de entrada gratuita, y el primero cuenta con una impresionante zona de palmeras, mientras que los amantes de la música también pueden rendir homenaje a la estatua de Mozart.
En los meses de verano, únase a la multitud de lugareños en la Isla del Danubio de 21 km de largo, una isla artificial en el centro de Viena, que también alberga el centro de trampolín más grande del mundo y un enorme parque acuático para niños.
Aquí también hay playas y sitios para bañarse, lo que lo convierte en un gran lugar para tomar el sol vienés.
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